
Hace dos años escribí estas notas en una crónica publicada en catalán. Las recupero ahora en castellano con motivo de los 44 años de la legalización de los comunistas.
El 9 de abril de 1977 Consol Hernández y quien subscribe estas líneas conocimos la legalización del PCE, la legalización de los comunistas, participando en un gran Festival Europeo de la Juventud Comunista (UJCE) en la Universidad Libre de Bruselas. En este festival (así lo atestiguan los carteles y fotografías que aún conservo) tuvimos la fortuna de contar con la presencia de Manuel Gerena (siempre generoso) y Los Indianos (un grupo argentino afincado, exiliado en París), la organización impecable de José Manuel Fernández, responsable de relaciones internacionales de la UJCE, y la fraternidad de muchas compañeras y camaradas como Odette y como Manuel Rodríguez, del Club Federico García Lorca de Lieja (una verdadera institución y referente en el exilio y la emigración española). Todos los recuerdos de aquellas jornadas resultan entrañables. La sala de actos se llenó de gente trebajadora llegada desde Francia, Bélgica, Alemania…, lucíamos la senyera, la ikurriña, la bandera de Galicia, y la bandera republicana. Han pasado 42 años [ahora ya son 44]. Respirábamos la ansiada libertad y practicábamos la fraternidad y la solidaridad con las causas justas del mundo. En aquellos días con el Pueblo Saharaui, y con la primeras víctimas del operativo Cóndor, el plan criminal urdido para asesinar y hacer desaparecer a los disidentes (mucha gente joven, adolescentes) en Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil…, por parte de las dictaduras militares y con la complicidad y dirección de la CIA y el Gobierno de los Estados Unidos.

Hemos regresado, juntos, 42 años más tarde. Cuando los vientos de la xenofobia, los nacionalismos identitarios y los fascismos emergentes, soplan de nuevo en la vieja Europa. Lo hacíamos ahora en el marco de un encuentro organizado por el Grupo de los Verdes/ALE en el Parlamento Europeo, con motivo de reivindicar la memoria antifascista en España y en Europa, hoy cuestionada, amenazada, violentada y banalizada. Formábamos parte de la delegación de la Associació catalana d’ex-presos polítics del franquisme, Amical de les Brigades Internacionals de Catalunya y Amical Ravensbrück, constituida per Carles Vallejo, Enric Cama, Antonia Jover, Rosario Cunillera, Ignasi Espinosa, Domènec Martínez, Sònia Olivella, Henri Farreny, Eduard Amoroux, Alicia Oliver, Anna Sallès, Cinta González, Consol Hernández y Alfons Llopis. Nos sentimos orgullosos del debate, el trabajo colectivo, y de la relación fraternal establecida con otras asociaciones memorialistas.
Han transcurrido dos años y estamos en vísperas (así esperamos) de un debate parlamentario sobre el proyecto de Ley de Memoria Democrática. Imprescindible para subsanar las asignaturas pendientes de desmemoria y poder corregir desde las aulas y los cuarteles, la banalización de fascismo y el auge de la ultraderecha en Europa. Por esta razón nos parece oportuno reproducir el texto de la intervenció del historiador Enric Cama (ACEPF) y también el trabajo de investigación del compañero Henri Farreny. Ambos al final de este artículo.
Domènec Martínez
Enric Cama, Intervenció al Parlament Europeu
