Un 17 de julio de 1936 se inicia el golpe de Estado en España contra el Gobierno de la Segunda República surgido de las elecciones del mes de febrero de aquel año. El golpe fracasó en las grandes ciudades, pero la sublevación militar con el apoyo de Hitler y Mussolini derivó en una guerra de tres años. Era el preludio de la guerra en Europa contra el fascismo y el nazismo.
Juan Hernández Herrerías participó como voluntario miliciano para sofocar la rebelión militar en Almería a finales de julio. Tres años más tarde se convertiría en uno de los derrotados de la Guerra, contaba con apenas 28 años.
Juan se afilió joven a la Sociedad de Agricultores Socialistas en Abla (Almería) en el año 1931. La defensa de la legalidad republicana marcó su compromiso social y su trayectoria política y personal. Formó parte de la 24 Brigada Mixta del Ejército Popular de la República, y posteriormente, el año 1938 de la CXXIX Brigada Internacional (conocida como la Brigada de las Cuarenta Naciones). El Frente del Jarama, el Hospitalillo de Tarancón, la batalla de Aragón y la defensa de los puertos de Morella, son algunos de los escenarios de su itinerario militar, obteniendo la graduación de capitán.
Después vendría la represión, la cárcel, los años de libertad vigilada, y su nueva etapa en Terrassa, formando una família, y levantando una casa en Can Palet. Militancia comunista y compromiso político. Siempre en el PSUC. Hasta su muerte prematura en 1964, a la edad de 53 años.
Esta modesta publicación quiere contribuir a preservar su memoria frente al olvido. Como recordaba Paul Preston en un libro del 2007 Idealistas bajo las balas, citando la gesta de los voluntarios que vinieron a defender la II República «vieron el heroísmo de la gente de a pie que se apresuraba a participar en la lucha para defender el régimen democrático republicano.»
A la memoria del heroismo de las personas anónimas, las que nunca aparecen en los libros de historia, como Juan Hernández Herrerías.