«45 años no es nada», memoria insumisa

Terrassa, 29 de mayo de 1976. Mitin del PSUC en el SFERIC

45 años nos separan, memoria insumisa

Domènec Martínez

Cierro el mes de mayo con dos evocaciones sentimentales del año 1976, un tiempo y un país. Han transcurrido 45 años y soy consciente que el tiempo venidero es cada vez más escaso. No es una mirada nostálgica ni tampoco un ejercicio indulgente. Sobran razones en tiempos de perversión de la memoria, el triunfo de la post-verdad, y el negacionismo campando a sus anchas en esta “España nuestra…, de piel amarga” que nos cantó Cecilia en el año 1975.

La primera evocación es del año 2001, los tiempos de la aznaridad magistralmente descritos por Manuel Vázquez Montalbán “por el imperio hacia Dios o por Dios hacia el imperio”.  Lo hacíamos rememorando que “25 años no es nada” y recordando lo que sucedía en la España del año 1976. También al otro lado del Atlántico, con el “Operativo Cóndor”. La segunda es una crónica del primer mitin comunista en Terrassa escrita por Enric Cama, también de testimonios recogidos en Malarrassa y Diari de Terrassa. Yo me lo perdí, pero conservo un recuerdo inenarrable. Luís Lucio Lobato nos informó en la lectura nocturna de prensa un 30 de mayo de 1976 en la quinta galería de Carabanchel.

¡25 años no es nada!

(Artículo publicado en el Diari de Terrassa el 10 de Abril del 2001)

“Estos días se ha recordado que hace 25 años (el 24 de marzo de 1976) se imponía en Argentina un golpe militar de cuyas trágicas consecuencias darían testimonio años más tarde «las abuelas y las madres de la plaza de mayo». Las dictaduras de Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil…, con el beneplácito y la complicidad de la política exterior de los EEUU, desarrollaron durante esos años prácticas de tortura y desaparición de disidentes políticos, el famoso «operativo Cóndor», que tuvo como objetivo la eliminación física de millares de mujeres y hombres, mayoritariamente jóvenes, y muchos de ellos adolescentes. 

En esa misma época en España, la oposición democrática reclamaba un cambio sustentado en los principios de los derechos humanos y los valores de convivencia democráticos. La dictadura hacía aguas por todas partes y la juventud estaba presente, generosamente, en las movilizaciones contra el régimen instaurado por Franco. En Europa declinaban las dictaduras militares y florecían nuevas esperanzas. Portugal, Grecia y España, se equiparaban al mundo político civilizado.

Como dice la canción “25 años no es nada”. Según relatan las encuestas recientes poco más del 30% de los jóvenes argentinos tienen una idea cabal de lo que supuso la aplicación sistemática de la tortura, los vuelos nocturnos y las listas de desaparecidos. En nuestro país, la mayoría de los adolescentes en los institutos o quienes acceden a la Universidad, ignoran aspectos esenciales de la vida de los españoles bajo el régimen de Franco. Esta desmemoria a uno y otro lado del Atlántico no es inocente, constituye un intento premeditado de hacer borrón y cuenta nueva.

La literatura y las versiones oficiales generadas con motivo del veinticinco aniversario de la muerte del dictador, o las increíbles declaraciones de los conspiradores del 23-F, al recordar su «gesta» de hace 20 años, han evidenciado hasta un extremo intolerable para el sistema democrático perfiles insólitos de perversión histórica. ¿Cómo debemos interpretar que se haya exaltado el juramento de Juan Carlos como rey de España, el 22 de noviembre de 1975, por unas Cortes franquistas, como inicio del período democrático? No solamente es una falsedad sino que supone una ofensa al sistema democrático. La condecoración al responsable de la Brigada Político Social, Melitón Manzanas, conocido torturador, constituye una aberración que pretende diluir la línea que separa la dictadura de la democracia. Un intento más de devaluar la movilización y la lucha por las libertades democráticas.

Las pequeñas historias sirven para ilustrar la memoria colectiva. Quienes figuramos al final de estas líneas éramos responsables de la UJCE, la Unión de Juventudes Comunistas de España, hace 25 años. Nuestro testimonio, uno más, en una larga lista, pretende recordar que la dictadura ejerció como tal hasta en su fase agonizante. Aquel 17 de abril de 1976, estábamos en Madrid preparando la IV Conferencia. Nos detuvieron de madrugada al salir de una cena. La Brigada Político Social estableció rápidamente nuestra afiliación respectiva, éramos personas jóvenes, seriamente comprometidas  y con antecedentes en nuestros lugares de origen: Galicia, Catalunya, Madrid, Aragón, Andalucía, País Valenciano… Los responsables del Ministerio de la Gobernación, (el Sr. Fraga Iribarne) nos aplican a los ocho jóvenes detenidos la legislación antiterrorista (bajo la acusación de que estábamos coordinando movilizaciones con motivo del Primero de Mayo), con la complicidad de los jueces del Tribunal de Orden Público, allí fuimos incomunicados y torturados durante ocho días en los calabozos de la Dirección General de Seguridad (los tristemente famosos sótanos de la Puerta del Sol, donde hoy se ubica el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid). Los detalles de los malos tratos se cuentan en las publicaciones de la época, las ilegales y las que sobrevivían a los cierres y multas gubernativas. Hay que recordar que la revista Cuadernos para el Diálogo fue secuestrada por dedicar un monográfico a la práctica de la tortura, en la que aparecía un dibujo del pintor Genovés. Por la misma razón el director de la revista Cambio 16 fue llamado a declarar al Juzgado de Orden Público. Amnistía Internacional recogió nuestro caso en uno de sus informes. Juan Antonio Bardem, había transcrito en Carabanchel, donde también estaba prisionero junto a otros miembros de la Junta Democrática de Madrid, el relato de nuestro paso por la DGS. (Es necesario recordar que, en esa época, no toda la oposición era perseguida con el mismo celo, el mismo día de nuestra detención se autorizaba el primer congreso de la UGT, sectores aperturistas del régimen y de la oposición coincidían en el intento de dejar en fuera de juego a los comunistas). Las denuncias presentadas sobre malos tratos y torturas contra los policías fueron amnistiadas en 1977, alguno de ellos fue incluso condecorado, años más tarde, por gobiernos democráticos.

Hay que añadir que la IV conferencia de la UJCE se realizó pocos meses más tarde, en octubre de 1976, clandestinamente y desafiando al régimen, en un seminario de Sentmenat, cerca de Barcelona. La presentación pública de sus conclusiones y de la nueva dirección, se realizó en una iglesia del barrio del Guinardó en Barcelona, y entre los representantes de las diferentes organizaciones que asistieron para dar su apoyo a la lucha democrática de los jóvenes españoles figuraba Massimo d’Alema, Secretario General de la Juventud Comunista Italiana, en aquella época.

Eran tiempos en los que exhibíamos con orgullo el internacionalismo (solidaridad con los oprimidos del mundo), y la cultura de la cooperación y de la coordinación entre las organizaciones democráticas de «todos los pueblos de España». Una cultura y una praxis de la izquierda, en la que estábamos inscritos, que lideró el compromiso común por la Amnistía, las Libertades, la Autonomía y la Coordinación, desde la diversidad fraternal y la reivindicación de las identidades nacionales y regionales proscritas bajo el franquismo.

Entre los documentos aprobados en la IV Conferencia se señalaba que la UJCE se proponía impulsar la «lucha por los intereses y aspiraciones democráticas de la juventud. En primer lugar por la defensa de los intereses de la juventud trabajadora, por el derecho al trabajo digno justamente retribuido, por el libre acceso a la cultura, a una enseñanza obligatoria y científica, por la práctica del derecho al deporte, por la mayoría de edad a los 18 años y la participación de la juventud en la gestión de la sociedad».

Por pedir estas cosas, se podía sufrir privación de libertad, y ser objeto de torturas y malos tratos. Ello sucedía hace tan sólo 25 años. El desconocimiento y la indiferencia no es lo peor de sus efectos para las nuevas generaciones, lo peor es la ignorancia. Recuperar y rescribir la memoria histórica, frente a tanto olvido de uno y otro signo, es una condición necesaria para valorizar la cultura democrática y formar ciudadanos educados en el respeto a la libertad y la tolerancia en la diversidad, en una España plural, frente a las pretensiones uniformadoras y las identidades excluyentes.

Domènec Martínez , Secretario general de la Joventut Comunista de Catalunya de 1970 a 1976. (Detenido el 17 de abril de 1976 junto a Angel Ezama, Víctor Viñuales, Concha Fondo, Rafael Carmona, Elia Martínez-Caba, José María Duplá y Fermin Aparicio).”

cof

45 anys del primer míting comunista autoritzat a l’Estat espanyol: Quan “Terrassa la Roja” va ser més roja que mai…

Enric Cama
Junta Directiva Associació Catalana d’Expresos Polítics del Franquisme. Membre de l’Espai de Memòria i Valors Democràtics de Terrassa

Enguany celebrem el 45è aniversari d’un esdeveniment que ha quedat gravat en la història de la nostra ciutat. El dissabte 29 de maig de 1976, “Terrassa la Roja” va ser més roja que mai quan milers de ciutadans van aplegar-se per aclamar públicament al partit comunista (PSUC) en un míting al pavelló del SFERIC que va representar la primera gran concentració pública dels comunistes a tot l’Estat tolerada des de 1939. Després de 37 anys d’absoluta clandestinitat, de persecució terrible, de repressió continuada, els comunistes sortien a la llum pública en una demostració de la seva força i el seu compromís en la lluita contra la dictadura. L’avalaven molts anys de lluites, protestes, manifestacions, detencions, pallisses, anys de presó i execucions contra els seus militants. Aquella nit, amb el recinte ple de gom a gom, i amb una multitud a fora sense poder entrar, els comunistes del PSUC mostraven les seves credencials democràtiques per un futur que s’acostava.

El general Franco havia mort el novembre de 1975 i el país es convulsionava entre un govern presidit per Arias Navarro que proposava un fantasmal “espíritu del 12 de febrero” i una realitat social que mobilitzava milers d’obrers en vagues. La dictadura intentava sobreviure sense el dictador, amb el suport de l’exèrcit i de la burocràcia de l’Estat, però enfrontada a un moviment democràtic cada vegada més ample, i al qual s’incorporaven fins i tot antics franquistes que s’apuntaven a favor dels nous vents democràtics.

A Catalunya, en aquells moments, destacava el Partit Socialista Unificat de Catalunya. Era la força política amb més militants, millor organitzada i amb més influència social. A més era majoritària en el sindicat de CCOO i tenia també molta influència en el sector cultural. A Terrassa, coneguda en aquells temps com “Terrassa la Roja” en al·lusió a la força que tenia el moviment antifranquista a la ciutat, el PSUC era la força hegemònica amb més de 400 militants clandestins repartits per tots els barris i amb notable influència en la majoria d’àmbits de la ciutat. La de Terrassa era una de les organitzacions del partit comunista més importants de tot l’Estat.

Tota aquesta organització va col·laborar en la preparació de l’acte, i els dies precedents es van anar concretant els detalls tècnics (muntatge, servei d’ordre, etc.) i els polítics (entrevistes amb el comissari Aníbal per discutir les condicions de realització, contingut dels parlaments…). Finalment, aquesta força organitzativa es va manifestar públicament el dissabte 29 de maig de 1976 en l’acte del SFERIC que va resultar ser un clam multitudinari per la democràcia, el socialisme, la llibertat, l’amnistia i l’Estatut d’Autonomia.

Va ser un acte tolerat, però sense autorització formal perquè en ser el PSUC encara il·legal no podia haver-hi una autorització, ni es podien utilitzar les seves sigles en públic, per aquest motiu l’acte va portar oficialment el títol “UNA OPCIÓ DE FUTUR” tot i que una gran pancarta decorava l’escenari amb el lema “SOCIALISME EN LLIBERTAT” i els oradors van ser tots destacats i coneguts militants del partit: Pau Monterde, Joan Busquet, Magda Segura, Rafael Zoyo, Roc Fuentes i Agustí Daura, i presidia l’acte l’històric Pere Ardiaca. Increïblement, assegut molt a prop del vell dirigent del PSUC es pot veure a les fotografies de l’acte el comissari de la Brigada Politico-Social, Anibal Martínez, que després declararia:“Tenía cierta lògica pensar que era cercana la democràcia (…) Yo sabia que el compromiso adquirido por los representantes del PSUC en Terrassa era serio y que no ocurriría ningún incidente grave.” 1

Val a dir que la situació era plena de greus contradiccions, pròpies d’uns moments en els quals lo nou no acabava de néixer i lo vell no acabava de morir. S’albirava ja la democràcia, a favor de la qual les mobilitzacions populars eren cada vegada més nombroses, però en contra, els partidaris del franquisme sense Franco es disposaven a defensar el règim aferrissadament. Una part de l’estructura de l’Estat estava ja apropant-se a la nova situació i les seves accions estaven adequant-se als temps que vindrien, mentre que una altra part de l’Estat mantenia, i fins i tot incrementava, la repressió. Això és va veure amb claredat en el míting del SFERIC on el comissari Aníbal avalava l’acte assegut a la presidència mentre Domènec Martínez, responsable de la JCC (Joventut Comunista de Catalunya) i dirigent del PSUC, estava tancat a la presó de Carabanchel després d’haver estat detingut a Madrid amb altres companys i companyes de la Unión de Juventudes Comunistas de España i haver estat torturat a la Direcció General de Seguretat. La imatge d’una pancarta desplegada al míting molt propera al comissari Aníbal, demanant la llibertat de Domènec Martínez, és prou eloqüent d’aquesta kafkiana situació.

Amb el temps, les lluites internes abocarien el PSUC a la divisió, a la pèrdua de influència, i finalment a la desaparició, donant pas a noves forces d’esquerra que seguirien i segueixen portant endavant el Fil Roig, en un llarg camí des de La Comuna de París de 1789 fins a la lluita actual per construir un món on un desigual bressol no porti inexorablement a una diferent vida, per construir un món de lliures i iguals. En aquest llarg camí, el míting de l’SFERIC sempre serà un record al qual retornar, com ho fem ara, 45 anys després de la seva realització. Terrassa no l’oblida.

1 Combat per la llibertat. Memòria de la luita antifranquista a Terrassa (1939-1979). Josep Lluís Lacueva, Manel Màrquez i Lourdes Plans. Fundació Torre del Palau, Terrassa, Nov. 2007.

Petites històries col·laterals, dins del pavelló i des de la presó

Una brusa internacionalista, de l’antiga Iugoslàvia

Testimoni de Consol Hernández, formava part del Comitè Local del PSUC

Ha arribat l’hora de preparar-nos per a l’acte, amb la Magda conversem, ella em diu “…no sé què em posaré per al Míting”. Em va venir al cap el darrer record que en Domènec m’havia portat del seu darrer viatge, li comento “si vols jo et puc deixar una brusa Iugoslava”, ho parlem i veiem com aquella senzilla peça amb brodats artesanals reafirmava el significat internacionalista del moment. I així ho vam fer, com es pot veure a la fotografia.

De “Jaume” o Domingo a Domènec

Testimoni de Domènec Martínez

“Com he explicat més d’una vegada jo em vaig assabentar que s’havia fet el míting de Terrassa a la presó de Carabanchel a Madrid. La cosa va anar més o menys així:

Cada dia, a la galeria on jo hi era (amb una bona companyia de militants del PCE, UJCE, de CCOO i de la Junta Democràtica de Madrid) després de sopar fèiem la lectura de premsa i els comentaris. D’aquesta tasca s’encarregava el company Luis Lucio Lobato, un veterà militant comunista (26 anys de presó, en diferents períodes), que havia fet prèviament una selecció de notícies.

Aquell vespre adreçant-se a mi va dir: “Oye, parece que en Terrassa ha habido un gran mitin comunista”. D’aquesta manera em vaig assabentar de l’èxit d’aquell acte emmarcat a la campanya “Sortir a la superfície, conquerir nous espais de llibertat”, amb totes les contradiccions i sacsejades del moment. A la primera amnistia de juliol de 1976 (i en els dies previs) vam sortir moltes de les persones que vaig conèixer: JA Bardem, Marcelino Camacho, Enrique Curiel, Luis Lucio Lobato, Francisco Romero Marín, entre d’altres.

També vaig saber que per primera vegada havia aparegut el meu nom en català. Ja podia abandonar el meu nom de la clandestinitat (Jaume/Jaime), i també el meu nom oficial Domingo o Dominguín (de l’època del Club JG, Julian Grimau). Als cartells i publicacions de la JC i del PSUC passaria a ser conegut a partir d’ara com a Domènec, cosa que vaig normalitzar al DNI amb la Consol poc temps després.”

Punta de llança de la lluita antifraquista

Testimoni de Roc Fuentes

Terrassa era una punta de llança dintre del PSUC i en general. Terrassa la Roja, no ho discuteix ningú. Això és molt important, si no fos aquesta trajectòria no es podria entendre per què es fa aquí aquest míting, amb aquelles característiques.

Citaré fets previs que deixen empremta: la mani del 27 d’octubre del 1967 («de les pedres»), amb duríssima repressió policia, gent ferida de bala, però amb resposta de part nostra, a la via del tren amb les pedres.

L’acte unitari de l’11 Setembre de 1970, també a l’Esferic el 1970, el 26 de setembre. Van intervenir Cipriano García, Joaquim Badia (DC), Feliu Formosa, Eva Serra, i la Maria Aurèlia Capmany; presentat per mi mateix, que llavors era responsable de política d’unitat. D’altra banda, abans constituir-se l’Assemblea de Catalunya, el 7 de novembre del 71, el maig ja havíem constitut l’assemblea democràtica de Terrassa. El gener del 1976, vam fer una roda de premsa on ja vam parlar com a PSUC, en Joan Busquet i jo, encara il·legals.

El míting, per tant, no és un bolet, és resultat de tot aquest treball i presència i lluita de molts anys, de ser Terrassa una punta de llança important durant molts anys.

cof

Malarrassa, https://malarrassa.cat/destacats/45-anys-del-primer-miting-comunista-autoritzat-a-lestat-espanyol-quan-terrassa-la-roja-va-ser-mes-roja-que-mai/

Diari de Terrassa, Avui fa 45 anys del primer míting https://t.co/lF3CUslJ3t

Epílogo

Hoy, produce sonrojo (además de indignación), observar a los descendientes de quienes hicieron campaña y votaron en contra y/o se abstuvieron en la elaboración de la Constitución de 1978, enarbolar un patriotismo constitucional de pacotilla (cartera y banderas), tratando de tapar las corrupciones que han asolado nuestro espacio común. Son los herederos patrimoniales de la dictadura franquista que tratan de instrumentalizar (una vez más) a las instituciones democráticas del Estado, deslegitimando al gobierno de coalición PSOE/UP, y acusando a los comunistas (autores de la política de reconciliación nacional en 1956, en plena dictadura, y participantes y defensores de la Constitución y los Estatutos de Autonomía, durante la Transición) de radicales antisistema formando parte de un Gobierno democrático. Urge una Ley de Memoria Democrática y una cultural federal que permita avanzar desde los ayuntamientos, las comunidades autónomas, el Estado y la Unión Europea. Mientras tanto preservemos la memoria vivida.

Domènec Martínez


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